«¿Por qué los días no tienen 36 horas?» «¡Con lo poco que me gusta cocinar!» «¡Qué asco de programación!» Estas quejas y protestas, junto con otras muchas más suelen ser habituales. Una de las tendencias más generalizadas del ser humano es quejarse.
Solemos protestar sobre las circunstancias, la familia, del trabajo, de los jefes, los estudios, el gobierno, la comida o de los otros. Hablamos de ese estado continuo de descontento y enojo. ¿Por qué cosas sueles quejarte más?